sábado, 18 de junio de 2011

CINCO MINUTOS

¡CINCO MINUTOS!

¡Voy a salir!
¿Dónde vas?
¡Afuera!
¡Eso quiere decir mucho!
¡Necesito mucho espacio!
¡No vas a salir en esa facha!
¿Por qué?
¡Mírate en ese espejo!
¡Tu ropa está muy sucia!
¡Sí, pero solo por fuera! ¡Por dentro está limpia y ahí es donde estoy yo!
¡No sé como ensucias la ropa tan pronto!
¡Yo no sé cómo puedes estar tan limpio siempre!
¡Trata de estar limpio cinco minutos Daniel!
¡Si papá!
¿Qué haces?
¡Esperando que pasen los cinco minutos! ¡Avísame para empezar a vivir de nuevo!

Hank ketcham

HIJO MIO

Con motivo del día del padre, les traigo estas narraciones cortas, Feliz día a todos los papitos.

HIJO MÍO

Hijo mío, cuando te traigo juguetes de colores, comprendo porque hay tantos matices en las nubes y en el agua, y porque están pintadas las flores tan variadamente.
Cuando te canto para que tú bailes, adivino porque hay música en las hojas, y por que entran los coros de voces en las olas hasta el corazón absorto de la tierra… Cuando colmo de dulces tus ávidas manos, entiendo porque hay mieles en el cáliz de la flor, y  por que los frutos se cargan, secretamente, de ricos jugos… Cuando beso tu cara, amor mío, para hacerte sonreír, se bien cuál es la alegría que mana del cielo en la luz del amanecer, y el deleite que traen a mi cuerpo las brisas del verano.   

Rabindranath Tagore

martes, 14 de junio de 2011

ANIMARSE A VOLAR

Otra de las historias de Bucay en esta oportunidad les comparto una que es muy conocida, pero que siempre deja un bonito mensaje.

ANIMARSE A VOLAR

..Y cuando se hizo grande, su padre le dijo: 

-Hijo mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación de volar, opino que sería penoso que te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado. 

-Pero yo no sé volar contestó el hijo.
-Ven dijo el padre.
Lo tomó de la mano y caminando lo llevó al borde del abismo en la montaña.
-Ves hijo, este es el vacío. Cuando quieras podrás volar. Sólo debes pararte aquí, respirar profundo, y saltar al abismo. Una vez en el aire extenderás las alas y volarás...
El hijo dudó.
-¿Y si me caigo?
-Aunque te caigas no morirás, sólo algunos machucones que harán más fuerte para el siguiente intento contestó el padre. 

El hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus compañeros con los que había caminado toda su vida. 

Los más pequeños de mente dijeron:
-¿Estás loco?
-¿Para qué?
-Tu padre está delirando...
-¿Qué vas a buscar volando?
-¿Por qué no te dejas de pavadas?
-Y además, ¿quién necesita? 

Los más lúcidos también sentían miedo:
-¿Será cierto?
-¿No será peligroso?
-¿Por qué no empiezas despacio?
-En todo casa, prueba tirarte desde una escalera. 
-...O desde la copa de un árbol, pero... ¿desde la cima? 

El joven escuchó el consejo de quienes lo querían.
Subió a la copa de un árbol y con coraje saltó...
Desplegó sus alas. 

Las agitó en el aire con todas sus fuerzas... pero igual... se precipitó a tierra...
Con un gran chichón en la frente se cruzó con su padre: 

-¡Me mentiste! No puedo volar. Probé, y ¡mira el golpe que me di!. No soy como tú. Mis alas son de adorno... lloriqueó. 

-Hijo mío dijo el padre Para volar hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen. 

Es como tirarse en un paracaídas... necesitas cierta altura antes de saltar.
Para aprender a volar siempre hay que empezar corriendo un riesgo. Si uno quiere correr riesgos, lo mejor será resignarse y seguir caminando como siempre.

JORGE BUCAY

viernes, 10 de junio de 2011

EL DIARIO DE UN PERRO


El diario de un perro

 

 Una triste pero real historia que muy seguramente conoces, en esta ocasión te la presento con la gran voz de Mariano Osorio

MAS BONITAS QUE LAS PECAS

Más bonitas que las pecas

Sucedió un día que estaba con mi hija en el zoológico. Vi a una abuelita con su nieta, cuyo rostro estaba salpicado de pecas rojas y brillantes. Los niños estaban esperando en una fila para que un artista pintase sus caritas con patitas de tigre.
- Tú tienes tantas pecas que él no va a tener donde pintar – le gritó un niño de la fila en tono burlón. Sin reírle la gracia, la niña bajó su cabecita. La abuelita se agachó y le dijo:

- Adoro tus pecas.
- ¡Pero yo las detesto! – respondió.
- Cuando yo era niña, siempre quise tener pecas – le dijo, pasando el dedo por la cara de la nieta. – ¡Las pecas son tan bonitas!
La niña levantó el rostro:
- ¿Tú crees que lo son?
- Claro, dijo la abuelita. ¿Quieres ver? Dime una cosa más bonita que las pecas.
La pequeña, mirando el rostro sonriente de la abuelita, respondió:
- ¡Las arrugas!.
Aquel momento me enseñó para siempre que si vemos a los otros con los ojos llenos de amor, sólo veremos belleza en ellos porque el cariño tornará invisible cualquiera de sus defectos.

“Las arrugas indican donde estuvieron las sonrisas”
(Mark Twain)

Narración tomada del libro “La culpa es de la vaca para mujeres”

jueves, 9 de junio de 2011

OBSTACULOS

OBSTACULOS


Voy andando por un sendero. Dejo que mis pies me lleven.
Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras. En el horizonte se recorte la silueta de una ciudad. Agudizo la mirada para distinguirla bien. Siento que la ciudad me atrae. 

Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo. Todas mis metas, mis objetivos y mis logros. Mis ambiciones y mis sueños están en esta ciudad. Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, o que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos. 

Me imagino que todo eso está en esa ciudad. Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella. A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba. Me canso un poco, pero no me importa. Sigo. Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino. Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso. Temo... dudo. 
Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente. De todas maneras decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto... Consigo pasarla. Me repongo y sigo caminando.

Unos metros más adelante, aparece otra zanja. Vuelvo a tomar carrera y también la salto. Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado. Me sorprende un abismo que detiene mi camino. Me detengo. Imposible saltarlo
Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas. Me doy cuenta de que está allí para construir un puente. Nunca he sido hábil con mis manos... Pienso en renunciar. Miro la meta que deseo... y resisto. 

Empiezo a construir el puente. Pasan horas, o días, o meses. El puente está hecho. Emocionado, lo cruzo. Y al llegar al otro lado... descubro el muro. Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños...
Me siento abatido... Busco la manera de esquivarlo. No hay caso. Debo escalarlo. La ciudad está tan cerca... No dejaré que el muro impida mi paso. 

Me propongo trepar. Descanso unos minutos y tomo aire... De pronto veo, a un costado del camino un niño que me mira como si me conociera. Me sonríe con complicidad.  Me recuerda a mí mismo... cuando era niño. Quizás por eso, me animo a expresar en voz alta mi queja: -¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo? El niño se encoge de hombros y me contesta: -¿Por qué me lo preguntas a mí? 




Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras... Los obstáculos los trajiste tú.

JORGE BUCAY

martes, 7 de junio de 2011

CUENTO: COMO CRECER?

COMO CRECER?
Un nuevo texto de Jorge Bucay para que lo leas con atención y te ponga a pensar


Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.

El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.

La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una fresia, floreciendo y más fresca que nunca.

El rey preguntó:
¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda".

Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mirate a vos mismo. No hay posibilidad de que seas otra persona. Podes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por vos, o podes marchitarte en tu propia condena...

JORGE BUCAY

jueves, 2 de junio de 2011

CUENTO: LA ESPOSA SORDA

Otro de los buenos cuentos cortos de Bucay,
Esta vez un cuento que nos permite ver que muchas veces los equivocados somos nosotros mismos.
LA ESPOSA SORDA